lunes, 7 de octubre de 2013

Expedición Ralons Gran Canaria.Namasté Himalaya. Miguel Ángel Ramírez Alonso

La avioneta, de apenas 15 plazas, ruge constante yendo y viniendo. Las nubes dan una tregua en un itinerario entre valles y riscos amenzante en busca de Luckla. La cordillera más alta del mundo comienza a ser visible nada más despejar. El aparato, hoja al viento, vibra arrastrado por corrientes, sorteando afiladas parades.
Esta vez el vuelo dura 35 minutos, otras casi 50 dependiendo de la resistecia al viento. Una cuesta de 400 metros, que hasta hace poco era pasto de yaks, vacas y gallinas, sirve de aeródomo. Un mal cálculo puede dar con la avioneta de bruces contra una pared. Esta vez, como casi siempre desde que la pista está alquitranada, no hay sobresaltos.
Lucka, desarrollada vertiginosamente en la última década gracias al turismo deportivo, es la puerta nepalí habitual del parque nacional del Everest. Del Everest. A 2.850 metros, su modesta población vive de la ilustre montaña y sus alrededores. 

Será el primer destino de la expedición de 12 canarios guiados por Calima Trek y Javier Cruz. Aún quedan más de dos horas de trekking hasta el lodge. Se trata de modestos hostales familiares que dan alimento y cobijo a los montañeros y alpinistas por los senderos. Los hoteles de lujo han profilerado también en los últimos años por la zona.
Guiados por sherpas, una de los pueblos que habitan en el Himalaya, el trayecto, aún lejos de la alta montaña, sigue un sendero sinuoso entre valles y barrancos. Aún la temperatura no es extrema, tampoco el entorno es agresivo. El objetivo es Phakding, a 2.657 metros, lo que el itinerario supone un ligero descenso antes de emprender mañana el camino a las altas montañas.
Esta se encuentra en la región de Khumbu, dedicada a la agricultura y ganadería, también a los excursionistas. El grupo isleño llega con las fuerzas intactas a primera hora de la tarde. Pero aún Cruz, tras el acomodo, tiene una sorpresa preparada.
Fe en la reencarnación. A casi 300 metros más, desviándose del sendero que se trazará a partir de ahora, la expedición Ralons Gran Canaria asciende por un camino vertical hasta uno de los monasterios de la región. Un centro religioso budista fundada hace 700 años. Su cualidad distintiva, es de niños. Son los elegidos, un orgullo para sus familias. Pequeños que no llegan a los 10 años que han exhibido ya cualidades para vivir una existencia de oración, retiro y contemplación.
La visita al templo supone una escala espiritual antes de encontrar la montaña. El viaje hoy llegará a Namche Bazar, a casi 3.500 metros. Namasté, el saludo amable de los nepalies, acompañará a los canarios a las faldas del Everest.    

Fuente y Foto :Alberto Artíles (Cnarias7)

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